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¡No quiero volver a casa! Ustedes no tienen tiempo para nada, están nerviosos y hay que ir al colegio. ¡Yo quiero vivir siempre así!

Tiene 6 años y toda sabiduría del universo.

"Toda vuelta atrás, como si no hubieran existido. Terminaron las vacaciones tres días antes. Mi cuerpo estaba allá, mi cabeza ya había vuelto. Como castillo de arena, una ola te lo levanta y destruye en un instante. La oficina, que había desaparecido de mi cabeza durante 10 días, volvió con toda la furia. Me costo una semana bajar revoluciones y antes de volver a casa ya estaba como si no hubiera salido. ¿Me explicas por qué? Dormir nervioso de vuelta, la panza que chilla otra vez, sueño con trabajo, me despierto a la mitad de la noche. Pero, ¿sabes qué es lo peor? Los últimos dos días de playa no los disfruté. Lo relajado, descansado, él desenchufe, todo a la mierda se fue, y me da mucha bronca.

Crónica de un estrés anunciado. Vuelta a casa, al trabajo, a la rutina, y otra vez a contar hasta 336 hasta que vuelva a llegar las dos semanas de descanso que el año que viene por como caen las fiestas son algunos días más.

Un diálogo común en los primeros días de marzo.

¿Qué tal las vacaciones?

Muy bien, pero ya ni me acuerdo, ya fueron, ya pasó.

Pensar en nada

No hay sensación más maravillosa en cuanto a desconexión mental que la de observar la boya en el agua, flotando y que lo único importante en el mundo durante ese rato sea el movimiento imperceptible, la tensión en la tanza y contemplar el horizonte infinito del agua.

Ponerse en modo avión es uno de los objetivos centrales, el punto ansiado cuando llegan las vacaciones.

La desconexión llegará si logramos dejar atrás toda nuestra responsabilidad.

El objetivo libranos de horarios, compromisos, pagar impuestos, etc.

En la película el increíble Hulk, Bruce Banner, el protagonista, tenía un reloj que marcaba un alerta cuando las pulsaciones entraban en terreno peligroso, no debía sobrepasar su propio límite.

Si pensamos el año como una rutina de ejercicio físico. Las vacaciones serían el equivalente de la vuelta a la calma después de un esfuerzo muy intenso y sostenido.

¿Es necesario y única opción que lleguemos al final de nuestro ciclo laboral con semejante nivel de exigencia? Si legamos tan desbordados y desgastados el tiempo de recuperar será más largo y el ciclo de descanso se nos acorta. Y consecuentemente, la vuelta a la actividad será el trampolín de la angustia y el estrés.

Debemos de frenar antes de estrellarnos, es urgente, vital y saludable.

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